lunes, 30 de octubre de 2017

CAPACIDAD DE RETENCION DE AGUA DE LA CARNE DE PESCADO

CAPACIDAD DE RETENCIÓN DE AGUA DE LA CARNE DE PESCADO

Las partes componentes más importantes de la carne de pescado son el tejido muscular y el tejido conectivo. Las propiedades y el estado de las sustancias proteicas determinan la capacidad de retención de agua de la carne de pescado.
En la composición del tejido muscular está contenido un 75 – 80 % de agua. Hasta un  90 % del agua está contenida en las fibras musculares y hasta un 10 % en los espacios intercelulares. El agua en la fibra muscular está distribuida en forma desigual: la mayor parte de ésta entra en la composición de las miofibrillas, la menor en la composición del sarcoplasma. Por consiguiente, la capacidad de retención de agua antes que nada depende del estado y las propiedades de las proteínas miofibrilares (actina, miosina y actomiosina).
En el tejido conectivo está contenida cerca del 60 % del agua, la parte principal de la cual se encuentra enlazada con el colágeno y con la elastina. En la práctica mayor importancia tiene la interacción del agua con el colágeno. El agua toma parte en la mayoría de reacciones del metabolismo.
Existen tres formas básicas de enlace del agua con la carne: absorbida, osmótica y capilar. Cada forma de enlace del agua con la carne se caracteriza por una determinada estabilidad y tiene una influencia específica en las propiedades de la carne.

Humedad de absorción. Es la parte de agua fuertemente enlazada en la célula. Esta constituye el 60-70% en relación a la proteína seca. La humedad de absorción por sus propiedades se diferencia del agua libre. La constante dieléctrica del agua en la capa monomolecular se aproxima a la constante dieléctrica del hielo (hacia 2), por eso el agua pierde la capacidad de disolver a muchas sustancias.
Aparte de las propiedades naturales de las proteínas, en la cantidad de humedad de absorción retenidas por las mismas, influyen el pH del medio, las propiedades y concentración de los electrolitos, la interacción de las proteínas y la temperatura del medio ambiente. La humedad de absorción puede ser extraída de la materia prima, por medio de su conversión en vapor y traslado desde el centro hacia la superficie del cuerpo.

Humedad osmótica. La humedad osmótica en las células está enlazada débilmente en comparación con la humedad de absorción. La humedad osmótica está retenida por la red de membranas y fibras proteicas gracias a la elevada presión osmótica de las sustancias orgánicas e inorgánicas en las células y a la absorción de la estructura de las células. Una parte de la humedad osmótica se encuentra en los espacios capilares intercelulares de los tejidos.
La cantidad de humedad osmótica enlazada depende básicamente de la magnitud de la presión osmótica en la estructura del material. La humedad osmótica sale parcialmente de la carne al introducirla en una solución con una mayor presión osmótica y se separa junto con las sustancias al destruirse los tejidos, y al modificarse las propiedades de elasticidad de los geles, producidos por la desnaturalización térmica de las proteínas, acompañados de la disminución de las medidas del modelo.

Humedad capilar. La humedad capilar puede tener micro y macro forma. La humedad en los capilares con un radio menor de 10-5 cm se le denomina microcapilar, y la humedad contenida en capilares de mayor diámetro se denomina macrocapilar. La magnitud de la presión capilar depende del radio del capilar  y determina la solidez del enlace de la humedad capilar con el material.
La capa de humedad adjunta a las paredes de los capilares, esta enlazada con ellas por las fuerzas de adsorción. La otra parte de humedad capilar tiene la capacidad de ser solvente.
De esta manera el sistema de capilares prácticamente retiene la solución acuosa de las partes componentes disueltas en el material. La cantidad de humedad capilar depende del grado de desarrollo del sistema capilar en la estructura de los materiales. El contenido de humedad capilar depende de las propiedades volumétricas del material. Los capilares llenados parcialmente se contraen. La contracción será mayor, cuanto menor es la humedad en el capilar. La humedad de los macrocapilares influye en la jugosidad de un producto. Si se ejerce presión sobre el material, que sobrepase la magnitud de la presión capilar, entonces la mayor parte de humedad capilar se separa junto con las sustancias disueltas en ella.
La capacidad de retención de agua de la carne no solamente determina las propiedades de la carne en diferentes condiciones sino también influye en la capacidad de retención de agua de los productos obtenidos a partir de ella, es decir sobre las propiedades del producto terminado y sobre su rendimiento.
En el proceso de autólisis en el tejido muscular se produce la modificación de la fracción de humedad de absorción, lo que conduce a la redistribución del agua en la carne, como resultado aumenta o disminuye la fracción de humedad osmótica. En algunos procesos, por ejemplo en el descongelado y en el calentamiento de la carne, la cantidad de jugo separado cambia dependiendo de la modificación de la humedad de absorción enlazada. En el proceso de congelamiento o de deshidratación, cuando se produce la separación del agua de todo el resto de componentes de los tejidos (cristalización o vaporización), influyen todas las formas de enlace del agua.
De esta manera, la humedad enlazada fuertemente con el material básicamente son: la humedad de absorción, la humedad de los microcapilares, igualmente parte de la humedad osmótica.

Parte de la humedad se separa libremente del tejido muscular durante los procesos tecnológicos, por ejemplo se produce la pérdida de jugo muscular en el descongelamiento, lo que se refleja en forma negativa en la calidad del producto terminado. Por eso el conocimiento de las formas de enlace del agua en diferentes condiciones (etapas del proceso tecnológico) permite orientar el desplazamiento del equilibrio de la humedad en el producto en la dirección deseada, es decir influir en la capacidad de las partes componentes de la carne para enlazar la humedad de absorción osmótica y capilar.

CLASIFICACION DE LOS METODOS DE CONSERVACION

CLASIFICACION DE LOS METODOS DE CONSERVACION

Según los medios con los cuales se ejercen una acción sobre la materia prima, todos los métodos de conservación se pueden dividir en: físicos, químicos y bioquímicos.

Métodos físicos. La desactivación de los fermentos y la interrupción de la actividad vital de los microorganismos sobre la materia prima se logra por la acción de medios físicos: frío, calor, rayos infrarrojos, ondas electromagnéticas entre otros. A este grupo de métodos pertenecen la refrigeración, congelamiento, deshidratación, esterilización.

Métodos químicos. Están basados en la inoculación de los tejidos de la materia prima procesada con sustancias químicas (conservantes), que no son dañinos para el organismo humano, pero que debilitan la acción de los fermentos y deprimen la actividad vital de los microorganismos, y en algunos casos transmiten al producto nuevas cualidades gustativas. A este método pertenecen la salazón (procesamiento con sal común), el marinado (procesamiento con sal y ácido acético), el ahumado (procesamiento con humo que contiene fenoles y ácidos), utilización de antisépticos alimenticios (ácido benzoico, hipoclorito, nitrito de sodio, peróxido de hidrógeno, ozono y urotropina) y antioxidantes – aceptores químicos del oxígeno, inocuos para el ser humano (ácido ascórbico, glutamato monosódico, ácido cítrico y otros).

Métodos bioquímicos. Se basan en la utilización de sustancias activas biológicas, que producen efectos bacterioestáticos y bactericidas (antibióticos), e igualmente de fermentos y microorganismos, los cuales forman nuevos compuestos químicos, que poseen propiedades aromáticas y gustativas específicas, las cuales ejercen una acción bactericida (maduración del pescado salado y de las semiconservas), o convierten a la materia prima en productos especiales (biolizatos proteínicos).

Métodos combinados. En la tecnología de productos pesqueros se combinan diferentes métodos de conservación. Así por ejemplo, en la refrigeración de la materia prima (método físico) la efectividad de la conservación se refuerza con la utilización de antisépticos y antibióticos (métodos químicos y bioquímicos) o de radiación (método físico).
En el procesamiento de pescado salado moderado (método químico) se utiliza la refrigeración (método físico) o se utilizan antisépticos (método químico), y para la formación en el producto de nuevas propiedades aromáticas y gustativas se utilizan fermentos (método bioquímico).
En el ahumado en frío se combinan el salado (método químico), con la deshidratación (método físico) y el ahumado (método químico).

Métodos físicos de conservación

Conservación con frío. Se realiza por medio de la refrigeración, refrigeración profunda y congelamiento de la materia prima.

Refrigeración. Consiste en la disminución artificial de la temperatura de los tejidos de la materia prima hasta un rango de temperatura entre – 1 hasta 5°C en el centro del cuerpo con el consiguiente almacenamiento a una temperatura de 0 hasta – 1°C. En estas condiciones disminuye en forma notoria la actividad bioquímica de los fermentos de los tejidos, y en la mayoría de microorganismos, incluidas varias especies de bacterias de la putrefacción y de bacterias coniformes, bruscamente se frena o cesa completamente su actividad vital: las bacterias entran en un estado de anabiosis. Por consiguiente, la refrigeración permite frenar, pero no detener las modificaciones post mortem y los procesos bacterianos, los cuales disminuyen la calidad de la materia prima refrigerada durante su almacenamiento, especialmente si no se observan las temperaturas óptimas y los plazos permitidos de almacenamiento. Sin embargo, así se respeten las condiciones óptimas de almacenamiento, la refrigeración es un método de conservación de la materia prima, con un muy limitado periodo de almacenamiento.

Semicongelado (refrigeración profunda). Para aumentar la efectividad de la refrigeración a veces se recurre al enfriamiento de los tejidos hasta una temperatura inferior a la crioscópica, pero no inferior a menos 3°C (a esta temperatura se inicia la formación de cristales en la carne de pescado pasando a la categoría de congelado. El enfriamiento de los tejidos hasta menos 2 ± 0,5°C y su almacenamiento a esta misma temperatura permite obtener un almacenamiento efectivo hasta por 25-27 días.

Congelamiento. Es el método de conservación según el cual la temperatura de los tejidos de la materia prima en forma artificial hasta una temperatura mucho menor al inicio del congelamietno del jugo celular con el consiguiente almacenamiento de la materia prima a muy bajas temperaturas. El efecto conservante del congelado se basa en la deshidratación de los tejidos de la materia prima como consecuencia del enfriamiento profundo del agua (a una temperatura de – 5 °C y – 30°C se convierte en hielo en forma correspondiente el 70 al 95 % del contenido de agua en los tejidos). En los tejidos se forman soluciones con alta presión osmótica, como resultado de lo cual se crea una “aridez fisiológica”, es decir en los tejidos prácticamente se detienen los procesos bioquímicos, provocado por los fermentos.
A bajas temperaturas en los microorganismos se detiene el metabolismo en el interior de la célula a causa del empeoramiento de las propiedades de difusión del protoplasma y el aligeramiento de su coagulación. El aumento de la presión osmática como resultado del congelamiento del agua frena el crecimiento y acelera la desaparición de los microorganismos, este fenómeno se produce de manera intensiva en el rango de temperatura – 1 hasta – 5°C, y a temperaturas de – 8 a – 10°C la mayor parte de microorganismos detienen su actividad vital. Sin embargo algunas especies de microorganismos criofilos y osmófilos (Achromobacter, Flovabacterium, Micrococcus), levaduras (Turolopis) y hongos (Mucor, Clodosporium, Penicillum y otros) por largos periodos de tiempo conservan su capacidad vital, aún a más bajas temperaturas (la salmonella a – 18°C conserva su capacidad vital en el transcurso de un mes, el estafilococo aúreo, hasta 5 meses; y algunas especies de levaduras y hongos hasta 30-36 meses).

Conservación por calentamiento. Se utilizan dos formas básicas de procesamiento térmico:
El material que va a ser procesado se coloca en envases, los cuales son cerrados herméticamente y luego sometidos al proceso térmico (pasteurización y esterilización).
Tanto durante el proceso térmico como al final del mismo, el material está en contacto con el aire del medio ambiente (cocción, fritado, horneado, ahumado en caliente y otros).
El efecto conservante en el proceso térmico se logra gracias a la inactivación irreversible de los fermentos, igualmente por la muerte de los microorganismos y de sus esporas. La inactivación de los fermentos se produce como resultado de la desnaturalización térmica de los fermentos proteicos. A una temperatura de 80°C los fermentos en forma total e irreversible pierden sus propiedades catalíticas.
La reacción de los microorganismos a la acción de altas temperaturas es muy desigual, pero la mayoría de especies mueren en 10-30 minutos de calentamiento a 60-70°C.
A temperaturas de 80-100°C perecen en 1-5 minutos. Sin embargo algunas especies osmófilas pueden resistir un calentamiento por corto tiempo de 90-100°C.
Son aun más resistentes a la acción del calor las esporas de las bacterias. Por ejemplo las esporas de Bac. Subtilus y Bac. Mesentericus a una temperatura de 100°C perecen luego de 100-120 minutos de calentamiento, y a una temperatura de 120°C después de 30-40 minutos.
El estadio de abiosis en los microorganismos se presenta después de calentarlos a una temperatura, con la cual se produce la desnaturalización y la coagulación de las proteínas del protoplasma, en particular de la albúmina. La coagulación de las proteínas depende de la composición química de las proteínas, el pH, el contenido de agua, grasa, azúcar, sal etc. En la mayoría de microorganismos la coagulación de las sustancias proteicas empieza a los 56-58°C. Un alto contenido de agua en el material y una reacción ácida aceleran la coagulación de las proteínas y la muerte de los microorganismos. La presencia en las soluciones de pequeñas cantidades de sal, azúcar, grasas, e igualmente el contenido de agua enlazada (por ejemplo en las esporas) ejerce una acción defensiva.
Son conocidos dos métodos de conservación de la materia prima por medio del calentamiento en envase hermético: la pasteurización y la esterilización.
En la esterilización el contenido del envase se calienta hasta 100-120°C y se mantiene a dicha temperatura el tiempo necesario y suficiente para la inactivación de los fermentos, igualmente para el perecimiento de todos los microorganismos y sus esporas. Para la materia prima, la cual por sus propiedades no puede soportar tan altas temperaturas, se utiliza la pasteurización, proceso mediante el cual la materia prima que se encuentra en un envase hermético se calienta a una temperatura de 65-80°C. Con la pasteurización se alcanza la inactivación de los fermentos, pero algunas especies de microorganismos termófilos y sus esporas se encuentran en estado de anabiosis, por eso en condiciones favorables en los productos pasteurizados puede producirse una descomposición bacteriana activa.
Si la materia prima no se coloca en envases herméticos para el proceso térmico, inmediatamente después de concluido el proceso térmico se obtiene un producto, en el cual están inactivados los fermentos de los tejidos, han perecido los microorganismos vegetativos y la mayor parte de esporas termófilas. Sin embargo al enfriarse el producto lentamente las espora termófilas empiezan a crecer, y el contacto con el aire del medio ambiente, con el inventario, con las manos de los trabajadores, con los envases determinan el traslado de microbios a la superficie del producto, en donde estos se desarrollan y provocan una rápida descomposición del producto. El producto cocido puede guardarse solamente en condiciones rígidas reglamentadas y por muy cortos periodos de tiempo.

Conservación por medio de extracción de agua. El efecto conservante del secado se explica porque al disminuir el contenido de agua en los tejidos de vegetales o animales hasta un mínimo determinado, la actividad vital de los microorganismos en el proceso de descomposición del substrato se detiene (principio de xeroanabiosis). Como resultado del secado se inactivan los fermentos de los tejidos. Si durante el secado la temperatura de calentamiento no provoca la desnaturalización térmica de las proteínas, significa que los microorganismos que quedan se encuentran en estado de anabiosis. En el caso de una coagulación térmica de las proteínas se produce la destrucción de los fermentos y el perecimiento de los microorganismos y sus esporas (principio de termoabiosis). Finalmente existe el método de conservación por maduración, en el cual se combinan los principios de osmoanabiosis (salazón) y xeroanabiosis (secado). La actividad vital de la mayoría de especies de bacterias se detiene cuando el contenido de agua en el substrato es menor de 25 %, sin embargo algunas especies de hongos pueden desarrollarse en el substrato con un contenido de humedad de 15-16 %, teniendo en cuenta que el nivel letal para los hongos es de 10-12 % de agua.
El efecto conservante del secado depende no solamente del contenido de agua en el substrato, sino de la accesibilidad del agua residual para los microorganismos. El aumento del contenido de sal en el substrato disminuye la accesibilidad para los microorganismos, por eso la combinación de los principios de osmoanabiosis y xeroanabiosis para la preparación de pescado seco-madurado permite obtener un producto seco estable durante su almacenamiento.  

Nuevos métodos físicos de conservación. En la tecnología de productos pesqueros se están utilizando nuevos métodos físicos como herramientas para la conservación de la materia prima: irradiación con rayos infrarrojos, utilización de corriente eléctrica de alta frecuencia, bajas temperaturas con un vacío profundo (secado por sublimación).
Irradiación con rayos infrarrojos. Los rayos infrarrojos permiten crear flujos térmicos orientados de alta densidad, los cuales penetran hacia el interior del cuerpo del pescado a una profundidad de 1 a 5 mm. La fuente de rayos infrarrojos pueden ser diferentes tipos de lámparas, opacas o traslúcidas, que generan rayos con una longitud de onda en el rango de 0,76 hasta 5 <m.
La utilización de rayos infrarrojos (RI) permite en forma significativa acelerar los procesos térmicos, como resultado de lo cual se acortan los tiempos de procesamiento térmico sin alterar o forzar el régimen de temperatura. Por ejemplo, la utilización de RI de calentamiento en lugar del método por convección, permite acelerar la deshidratación del pescado en 2 a 3 veces. Los rayos infrarrojos pueden ser utilizados para el fritado de trozos de pescado empanizados, para estabilizar (fortalecer) la película de sustancias del humo en el proceso electro ahumado, en el proceso de deshidratación por sublimación también conocido como liofilización.
La influencia de los rayos infrarrojos (RI) sobre los fermentos y los microorganismos dependen de la temperatura de calentamiento del material procesado.

Utilización de ondas electromagnéticas. La intensificación de los procesos térmicos se logra utilizando campos eléctricos de alta frecuencia (de 10 hasta 1010 Hz)
Después de colocar el pescado en un campo eléctrico de alta frecuencia, en sus tejidos, los cuales son semiconductores que contienen sustancias de carácter polar, se producen fenómenos diversos y complejos, entre ellos la reorientación de los dipoles en el campo de alta frecuencia.
La reorientación de los dipoles en el campo de alta frecuencia crea un efecto térmico, lo que determina un calentamiento muy rápido total en el interior del cuerpo del pescado. El calentamiento más rápido surge por la coincidencia de la frecuencia de las ondas electromagnéticas con la frecuencia propia de los dipoles.
El calentamiento rápido, total, del material no depende de su conductibilidad térmica ni del espesor del material. Por ésta razón éste método se diferencia en forma favorable de los demás métodos de calentamiento. Los campos eléctricos de alta frecuencia producen un efecto letal sobre los micoorganismos en razón de la influencia mecánico térmica sobre la célula microbiana y por la excreción de calor directamente en la célula microbiana.
La utilización de campos eléctricos de alta frecuencia (microondas) para el procesamiento térmico del pescado permite disminuir en varias decenas de veces los procesos de cocción, horneado, deshidratación, descongelamiento, esterilización y otros.



Métodos químicos de conservación

Entre los métodos químicos de conservación, utilizados en la industria pesquera, el que mayor significado tiene es la conservación con sal, dicho proceso se denomina salazón. Por otra parte, se utilizan sustancias químicas para la conservación tales como: ácido acético, antisépticos, antioxidantes, especias, e igualmente gases.

Salazón. Las propiedades conservantes de las soluciones de sal están determinadas por la acción del cloruro de sodio sobre las proteínas, los fermentos y los microorganismos. Al actuar sobre las proteínas los iones de Na+ y Cl-, uniéndose por el lugar de los enlaces peptídicos, los bloquean; entonces las moléculas proteicas se vuelven resistentes a la acción de los fermentos proteolíticos. Este efecto se encuentra en relación directa a la concentración de sal en el jugo celular.
La sal detiene y modifica el carácter de la actividad bioquímica de los fermentos. Por eso los fermentos proteolíticos de los microorganismos en presencia de la sal forman otros productos de la desintegración de las proteínas, diferentes a los que se forman sin la presencia de sal. Una alta concentración de sal detiene la actividad bioquímica de los fermentos proteolíticos. La actividad vital de los microorganismos va acompañada del intercambio osmótico entre la célula y el medio ambiente. Cuando la presión osmótica de la solución que envuelve a la célula microbiana, resulta mayor que la presión osmótica del plasma, se produce el paso del agua desde el plasma (plasmólisis), como resultado de los cual en la célula microbiana se altera el metabolismo normal de las sustancias.
Muchos tipos de microorganismos son muy sensibles a la acción de las soluciones que contienen 1 – 3 % de sal. En soluciones que contienen 6 – 8 % de sal, perecen la mayoría de especies de bacterias del grupo coniformes, lo mismo que el botulinus; con una concentración del 10 % se detiene el crecimiento de la mayoría de microbios que tienen forma de bastoncillos, con una concentración del 15 % se detiene el crecimiento de los coccos de la putrefacción; la mayoría de microorganismos causantes de infecciones estomacales, perecen solamente en soluciones concentradas de sal (más del 20 %). Generalmente los coccos son más resistentes al aumento de la presión osmótica que los que tienen forma de bastoncillos; los saprofitos son menos sensibles que los patógenos, y los más resistentes son los hongos. La acción bactericida de las soluciones de sal sobre los microorganismos se hace más fuerte con el aumento de la concentración e igualmente con la disminución de la temperatura y el pH de la solución; la presencia de sales de metales bivalentes (Ca..  y  Mg..) debilitan la acción de la sal.
Durante el proceso de salado algunos tipos de microorganismos perecen (acción bactericida de la sal), otros pasan a un estado de anabiosis, conservando su actividad vital durante muchos meses (acción bacterioestática de la sal). Finalmente una gran cantidad de especies de microorganismos continúan con su actividad vital en un medio con una alta presión osmótica (microorganismos osmófilos). La actividad vital de éste grupo de microorganismos provocan procesos bioquímicos, los cuales tienen un progreso notorio, a pesar de que se observen rigurosamente las condiciones óptimas en el almacenamiento. Los fermentos de éstos microorganismos toman parte en la maduración (mejora de las propiedades gustativas) y envejecimiento (empeoramiento de la calidad) del pescado salado.
Los microorganismos, que se encuentran en estado de anabiosis, manifiestan su actividad vital solamente en el caso de la alteración de las condiciones, alcanzadas en el proceso de conservación de la materia prima y provocan la descomposición del pescado.

Utilización del ácido acético. La conservación del pescado se logra por la acción conjunta de soluciones de sal de baja concentración (6 – 18 %) y ácido acético (0,3 – 2 %).  El ácido acético refuerza la acción conservante de la sal, ésta a su vez ayuda a la maceración de la carne de pescado por el ácido acético. La acción conservante del ácido acético está determinada por la modificación de la concentración de iones de hidrógeno y por la acción toxica de las moléculas no disociadas. Para la actividad vital de la mayor parte de microorganismos el valor óptimo de pH se encuentra en el rango de 6,5 – 7,5, por eso la disminución del pH hasta 4,5 – 5,0 determina el perecimiento de tales microorganismos. Sin embargo hay especies de microorganismos, capaces de desarrollarse en un pH de rango 2,5 – 4,0.
Las soluciones que contienen 1 – 2 % de ácido acético, frenan el crecimiento de la mayoría de los microorganismos de la putrefacción, y con una concentración de 5 – 6 % mueren casi todos los microbios, quedando solamente las esporas con capacidad vital. Los hongos son resistentes a la acción de las soluciones de ácido acético: las soluciones de baja concentración estimulan el crecimiento de los hongos, algunas especies de hongos son capaces de desarrollarse en soluciones al 10 % de ácido acético. Los hongos utilizan al ácido acético como fuente de carbono, lo cual provoca la disminución de la concentración del ácido y permiten la posibilidad de crecimiento de otros tipos de microorganismos. El crecimiento de los hongos en la superficie de los marinados se puede evitar de la siguiente manera, cubriendo el marinado con una capa de aceite vegetal (se elimina el contacto con el aire), o utilizando empaques herméticos.
En el medio ácido la actividad bioquímica de los fermentos proteolíticos y lipolíticos se detiene (con excepción de la pepsina).

Utilización de antisépticos. Una serie de sustancias químicas tienen la capacidad de entrar en reacción con el protoplasma de la célula microbiana produciendo una acción tóxica, paralizan la acción de los fermentos provocan el perecimiento de los microbios, las esporas son más resistentes a dicha acción. Estas sustancias se denominan antisépticos. El efecto conservante de los antisépticos depende de su naturaleza química, condiciones de temperatura y pH del medio. Los antisépticos poseen una acción selectiva, por eso el efecto conservante de uno u otro antiséptico depende de la composición de la microflora, y de la cantidad de microorganismos.
No existen antisépticos completamente inocuos para el ser humano, por eso se establece de manera legal la lista y la dosificación respectiva para los antisépticos permitidos en la producción de alimentos.
Para la preparación de productos pesqueros alimenticios está permitido el uso de urotropina, ácido benzoico, su sal sódica (benzoato de sodio), ácido sórbico entre otros.
El ácido benzoico y el benzoato de sodio son antisépticos muy activos, en la preparación de productos pesqueros se permite su utilización en cantidades no mayores de 0,1 – 0,15 %. La urotropina y el ácido sórbico se utilizan en dosis de 0,1 %.
En la industria pesquera los antisépticos se utilizan como medio para reforzar el efecto conservante del método básico de procesamiento: refrigeración, salazones de baja concentración, semiconservas, marinados y en la producción de caviar.

Utilización de antioxidantes. La oxidación de las grasas es un defecto muy serio, la cual se produce durante el almacenamiento del pescado congelado, salado, deshidratado, y en la harina de pescado. La oxidación de los ácidos grasos no saturados, que entran en la composición de los lípidos, esta determinada por la acción del oxígeno del aire y de los fermentos (lipooxidasas).
La oxidación puede ser detenida usando antioxidantes, la acción de los cuales está condicionada por la presencia en su molécula de átomos de hidrógeno lábiles, por eso en la formación de peróxidos el antioxidante asimila la energía deteniendo la reacción de auto oxidación. El efecto antioxidante se logra gracias a la destrucción de los peróxidos activos, como de la inactivación de los oxidantes, contenidos en el producto. La acción defensiva del antioxidante se prolonga hasta su completa oxidación, después de lo cual el proceso de oxidación del substrato (grasa) continúa. 
Las sustancias químicas, que estimulan la acción de los antioxidantes, pero que no ejercen una acción antioxidante, se denominan sinérgicos (ácido cítrico).
En calidad de antioxidantes se han propuesto una gran cantidad de compuestos químicos, pero los que más se usan son los derivados del fenol (butiloxianizol, butiloxitoluol), los éteres de ácido gálico (octilgalato, propilgalato), ácido ascórbico e isoascorbico, sus sales y éteres (palmitatos), tocoferrol (vitamina E), el preparado “humo líquido”, entre otros.
Los antioxidantes utilizados en la industria alimenticia deben ser inocuos para el organismo humano y no deben alterar las propiedades aromáticas y gustativas del producto.

Métodos biológicos de conservación

Estos métodos de conservación están basados en la utilización de la actividad biológica de algunas sustancias, agregadas para reforzar el efecto del método básico de conservación de la materia prima o para aumentar la resistencia durante el almacenamiento de los productos terminados (antibióticos); para lograr en el producto conservado nuevas propiedades aromáticas y gustativas (maduración por fermentación) o para la transformación de la materia prima en nuevos productos (hidrólisis fermentativa).

Utilización de antibióticos. Los antibióticos son sustancias excretadas por muchas bacterias, actinomicetas y hongos. Unos antibióticos poseen acción bacterioestática – neutralizan la actividad vital o frenan la multiplicación de los microorganismos, otras son sustancias bactericidas típicas – provocan el perecimiento de los microbios. Estas propiedades permiten utilizar en calidad de sustancias conservantes a los antibióticos.
La mayor acividad en la conservación de los productos proteínicos presentan la aureomicina (cloro tetraciclina), terramicina (oxitetraciclina) y cloromicina. Así, agregando al hielo aureomicina en una concentración de 0,0001 % permite de manera significativa aumentar el tiempo de vida útil del pescado refrigerado.

Maduración. En el almacenamiento de pescado salado en bajas concentraciones, se produce el proceso de maduración, el cual se produce al revelarse la actividad bioquímica de los fermentos proteolíticos, contenidos en los tejidos y órganos del aparato digestivo del pescado, o en los preparados fermentativos agregados artificialmente al producto.
Como resultado de la acción de los fermentos proteolíticos sobre las proteínas de los tejidos musculares y del tejido conectivo, la carne de pescado salado, toma una consistencia tierna, en ella se acumulan los productos de la desagregación (peptonas) y de la hidrólisis de las proteínas (básicamente polipéptidos y aminoácidos libres). La acumulación en la carne de éstas sustancias, crean para algunas especies de pescados, propiedades aromáticas y gustativas específicas (bouquet de maduración).
El aumento de la temperatura acelera la maduración; con el aumento de la concentración de sal el proceso de maduración se apaga lentamente como resultado de un bloqueo mayor y completo de los enlaces peptídicos por parte del cloruro de sodio.
En la parte final del estado de maduración, la acción de los fermentos proteolíticos puede expandirse a los aminoácidos, a los cuales descompone en productos más simples (metilaminas y amoníaco). Este estado de descomposición fermentativa testifica que hay un estado de “sobre maduración” o un proceso de “envejecimiento” del pescado salado, es decir se acumulan indicios de empeoramiento de la calidad.
El proceso y el carácter de la maduración dependen de las particularidades bioquímicas y de la cantidad de complejos fermentativos, de la composición química de la materia prima, de la concentración de sal, del pH del medio. Cada especie de pescado salado madura de forma específica; en algunos (por ejemplo en el arenque) la maduración va acompañada de la formación de indicios claramente notorios de aroma y sabor, en otras especies esto no sucede. Sin embargo está el hecho de que, cualquier pescado crudo salado se vuelve comestible, nos demuestra las modificaciones profundas (“maduración”) que se producen en las proteínas de la carne de pescado.
Al agregar glucosa (azúcar) en la composición de la mezcla de sustancias conservantes y gustativas se crean condiciones favorables para el crecimiento de bacterias de la fermentación ácida láctica. Como resultado de la actividad vital de estas bacterias, de la glucosa se forma el ácido láctico, el cual por si mismo ejerce una acción bacterioestática y bactericida, a la vez que le brinda al producto nuevas calidades gustativas. Un exceso en la acumulación de ácido láctico conduce a una acidificación muy fuerte (el sabor empeora) y refuerza la actividad de las tirosinasas, que producen aminoácido de tirosina, la cual por su poca solubilidad en las soluciones ácidas salinas se precipita en forma de cristales blancos sobre la superficie del pescado.

Métodos combinados de conservación

En la tecnología de productos pesqueros se utilizan varios métodos de conservación, en los cuales se utilizan dos, tres o más principios de conservación. Pueden servir como ejemplo de tales métodos de conservación, el seco-madurado y el ahumado de pescado.

Seco-madurado. En el proceso de seco-madurado al principio se utiliza una salazón moderada, posteriormente se deshidrata al medio ambiente o en secadores tipo túnel, a una temperatura promedio de 30°C. El efecto conservante en el proceso de seco-madurado se alcanza gracias a la disminución del contenido de agua en los tejidos hasta un 40 – 50 % (xeroanabiosis), y al aumento del contenido de sal en los tejidos hasta 10 – 12 %, como resultado de lo cual la concentración de sal en el agua residual de los tejidos aumenta hasta 24 – 26 % (osmoanabiosis).
El aumento gradual de la concentración de sal y la disminución del contenido de agua durante el procesamiento debilita y modifica el carácter de la actividad bioquímica de los fermentos proteolíticos y lipolíticos, pero la acción sobre las proteínas y los lípidos no se detiene. Algunos tipos de microorganismos en las condiciones indicadas perecen, otros caen en un estado de anabiosis (las esporas de los microorganismos conservan su actividad vital), por eso la descomposición microbiológica activa se detiene. Sin embargo si durante el proceso de almacenamiento se alteran los parámetros alcanzados en el proceso, el producto empieza a descomponerse indefectiblemente.

Ahumado. El efecto conservante se alcanza en el ahumado en caliente al combinar el horneado (termoanabiosis) con el ahumado (quimioanabiosis); en el ahumado en frío al combinar la deshidratación (xeroanabiosis) con la salazón (osmoanabiosis) y el ahumado (quimioanabiosis). Los productos ahumados en caliente se obtienen jugosos, con una baja concentración de sal, por eso éstos no son estables en el almacenamiento; los productos ahumados en frío, son más secos, más salados y estables durante su almacenamiento.
En cualquiera de las dos formas de ahumado, el pescado se ve sometido a los productos de la combustión incompleta de la madera, en la composición de los cuales existen sustancias que poseen propiedades bactericidas. De todos los componentes, contenidos en los productos de la combustión incompleta de la madera, los que con mayor efectividad neutralizan la actividad vital de los microorganismos, son los derivados del fenol y de los ácidos orgánicos. Los fenoles, al penetrar en las células, accionan como venenos químicos y neutralizan la actividad vital de los microorganismos (que no forman esporas) y de los hongos. La capacidad bactericida de los fenoles es mayor en las sustancias con alta temperatura de ebullición.
Los ácidos orgánicos alifáticos (fórmico, acético y otros) y los aromáticos (salicílico, benzoico) ejercen sobre los microorganismos una acción bactericida diferente en cada caso, dependiendo de la naturaleza del anión, concentración y capacidad de disociación del ácido, pH, temperatura, e igualmente del grado de resistencia de los microbios a los ácidos.
Los gases presentes en el humo (CO2 y CO), los alcoholes (metanol, etanol, butanol), los compuestos carbonílicos (formaldehído) y bases orgánicas ejercen una débil acción bactericida.
Durante el proceso de enfriamiento y posterior almacenamiento, como resultado del contacto del producto terminado con el inventario, con las manos de los operarios, con el aire del medio ambiente, en la superficie de los productos ahumados se presenta una abundante microflora. El desarrollo de los microorganismos conduce a un rápido deterioro del pescado ahumado, se presentan manchas con mucosa en la superficie, hongos en la superficie del pescado ahumado en frío, por eso los productos ahumados exigen la observación máxima de las condiciones de higiene y de las condiciones de almacenamiento.




              



CAMBIOS POST-MORTEM EN LA CARNE DE PESCADO

CAMBIOS POST-MORTEM EN LA CARNE DE PESCADO

 Después de la muerte del pez, en sus diferentes tejidos y órganos se producen cambios muy diversos por su carácter y dinámica, ligados con las particularidades de la composición química de los tejidos y de su constitución. La intensidad de estos cambios depende de una serie de factores como el método de pesca, las condiciones de pre-almacenamiento, de la temperatura y humedad del medio ambiente entre otros. En los tejidos del pescado recién extraído se producen procesos bioquímicos muy complejos que conducen inevitablemente a su descomposición. Se diferencian cuatro fases básicas en el período post-mortem: excreción de mucosa, rigidez cadavérica, autólisis y putrefacción.

Primera fase.- Excreción de la mucosa

La superficie del pescado, inmediatamente después de ser extraído del agua, esta cubierta con una delgada capa de mucosa transparente que tiene olor natural característico de la especie, que  básicamente esta compuesta de bumina, lipoides y fosfatidos. La mucosa es excretada por unas células especiales de la epidermis, las cuales después de la muerte del pez por algún tiempo continúan excretando mucosa. La cantidad de mucosa paulatinamente va aumentando hasta llegar a un 2-2,5 % de la masa de pescado. La mucosa del pescado recién extraído es transparente, durante el almacenamiento la mucosa se vuelve opaca, toma un color gris y olor desagradable. Esto como resultado de la actividad de los microorganismos. Sin embargo, lo descrito no significa que el pescado esté deteriorado, por cuanto los microorganismos en esta fase, se encuentran en la superficie y no han logrado penetrar en los tejidos musculares del pescado. Un lavado cuidadoso del pescado, elimina la mucosa y el olor desaparece. El pescado en el período de excreción de mucosa es completamente fresco. La excreción de mucosa termina al empezar la fase de rigidez cadavérica.

Segunda fase.- Rigidez cadavérica ó rigor mortis

Exteriormente la fase de rigidez cadavérica se presenta de la siguiente manera. El cuerpo del pescado se vuelve duro, los músculos del dorso y del vientre se flexionan con dificultad. Las mandíbulas están fuertemente cerradas, las tapas de las agallas se pegan y compactan, la carne es dura, si se presiona con un dedo la huella desaparece rápidamente. El proceso de rigidez cadavérica empieza en la cabeza, pasa a los músculos del torso, luego continua en la parte posterior del cuerpo del cuerpo del pescado. 
La rigidez cadavérica es el resultado de la contracción de los músculos. En esta fase los tejidos musculares se encuentran en situación denominada tenso elástica. El proceso de rigidez se fundamenta en complejos procesos bioquímicos, que se producen principalmente en la fibra muscular. Un rol muy importante en la contracción muscular juegan las miofibrillas, las cuales para cumplir su función (trabajo mecánico) utilizan la energía de las sustancias que componen el sarcoplasma. La fuente de energía se forma como resultado de la desintegración fermentativa del glucógeno y del ATP. En el período inicial se produce con mas intensidad la hidrólisis del glucógeno – almidón animal (C6H10O5)n, que conduce a la acumulación en los músculos de ácido láctico y por lo tanto a la disminución del pH. La baja del pH activa la acción de los fermentos que hidrolizan los fosfatos.
Al inicio se produce la descomposición del creatinfosfato en creatina y ácido fosfórico, posteriormente la descomposición del ATP en adenosindifosfato y ácido fosfórico. El ATP permite mantener a las proteínas más importantes - miosina y actina - en estado disociado, al descomponerse el ATP posibilita la unión de estos, en un compuesto poco soluble denominado actomiosina. La formación de este compuesto, se produce acompañado de la modificación del estado de las proteínas, lo cual a su vez conduce a una contracción (acortamiento) de las miofibrillas y por consiguiente a la tensión de los músculos, y como consecuencia finalmente la rigidez cadavérica.
Las investigaciones con el microscopio han establecido que en el pescado, antes del inicio de la rigidez cadavérica las fibras musculares están unidas en forma compacta una con otra y los elementos del tejido conjuntivo están apretados entre sí. En el pescado en estado de rigor mortis se observa un fuerte hinchamiento de los grupos de miofibrillas y la desaparición de las estrías transversales. Al finalizar la rigidez cadavérica las estrías transversales se recomponen, pero el diámetro de las fibras musculares disminuye y entre ellas se forman claros, que se llenan con líquido liofílico, que sale de las células a través del sarcolema. Para que se produzca la contracción muscular son indispensables las siguientes condiciones: la descomposición del ATP y de otros nucleosidotrifosfatos, la presencia de iones de magnesio en determinadas concentraciones, un medio neutral o ligeramente ácido pH 6,5. El proceso de rigidez cadavérica continúa hasta que se agoten los nucleosidotrifosfatos que son la fuente de energía. Luego que se corta el suministro de energía, la reacción del medio pH aumenta hasta 6,9-7.0, los músculos se debilitan y el proceso de rigidez cadavérica termina.
A bajas temperaturas la actividad de los fermentos que descomponen al creatinfosfato y al glucógeno disminuye de manera significativa. Como resultado de esto, se detiene la acumulación de energía y de residuos de fosfatos para la síntesis del ATP de la miosina. Por eso se comprende la enorme importancia que tiene la utilización de frío para la conservación de la materia prima.
El tiempo de inicio de la rigidez cadavérica en iguales condiciones de almacenamiento, es diferente según la especie. La causa de ésta diferencia por el momento no está clara. Se supone que en la especies de movimientos rápidos, la rigidez cadavérica se inicia mucho antes que en las especies de movimiento lento. Es evidente que un rol muy importante para el inicio de la rigidez cadavérica, juegan la composición y propiedades de las sustancias que componen los tejidos musculares del pescado.

Tercera fase.- Autólisis

Autólisis es el proceso de desintegración de las sustancias que conforman los tejidos musculares por acción de los fermentos propios (proteasa, lipasa, amilasa) o por autodigestión de los tejidos del pescado. En el período inicial de la autólisis prevalecen los procesos relacionados directamente con la actividad de los fermentos de los músculos como la catepsina. Por cuanto los tejidos del pescado están compuestos básicamente por sustancias proteicas, la descomposición de estos por acción de las proteasas tiene una importancia muy grande. La autólisis de las proteínas musculares empieza a desarrollarse seguidamente después de la rigidez cadavérica, cuando la disminución del pH de los tejidos crea condiciones favorables para la actividad de las catepsinas. Por eso sería correcto denominar a la autólisis, como el conjunto de procesos de desintegración fermentativa de las sustancias componentes de los tejidos musculares del pescado, comenzando con la descomposición del glucógeno.
Las proteínas, en el proceso de autólisis, al principio sufren una determinada modificación estructural, que se expresa en el desagregado de sus grandes componentes en macromoléculas dando como resultado el cambio cuantitativo de la carga eléctrica de las proteínas, con el consiguiente aumento de su hidratación. Seguidamente se produce la descomposición de las moléculas de proteína en albumosas, las cuales a su vez se descomponen en peptonas y polipéptidos, los cuales finalmente se desintegran en diferentes aminoácidos. Aparte de los aminoácidos, en la autólisis de las sustancias proteicas se forman pequeñas cantidades de bases pirimidínicas y purínicas, que se liberan al descomponerse los ácidos nucleicos. La grasa en la autólisis se descompone en ácidos grasos libres y glicerina.
Los productos de la descomposición de las proteínas en la autólisis no son nocivos para la salud, por eso la autólisis no puede verse como un proceso de descomposición del pescado.
Sin embargo este proceso produce cambios estructurales profundos en los tejidos del pescado, que se notan en la consistencia de la carne, la cual se ablanda, separándose por las mioseptas y desprendiéndose de los huesos. Como resultado de la desintegración del tejido conjuntivo, de las proteínas y particularmente del colágeno de la carne, ésta toma una consistencia blanda y luego flácida. Se observa la caída y turbidez de los ojos, las agallas pierden color, se desintegra la estructura de los músculos del vientre hasta que se produce su rotura. La calidad del pescado como producto gastronómico disminuye sensiblemente. La descomposición de las proteínas crea un medio favorable para la actividad de los microorganismos, lo que finalmente conduce a la putrefacción del pescado.

Cuarta fase.- Putrefacción

Diferenciar puntualmente los procesos de autólisis de los de descomposición bacteriana, es prácticamente imposible. Como resultado de la actividad de los microorganismos se produce la descomposición de las sustancias proteicas formándose algunas sustancias tóxicas de olor desagradable. En la superficie del cuerpo del pescado, en las agallas, en el intestino se encuentran una cantidad grande de microorganismos, los cuales penetran en la carne luego de la muerte del pescado. Esto se facilita por el debilitamiento de los tejidos luego que termina la rigidez cadavérica.
El mejor substrato para la actividad de los microorganismos, son los productos de la descomposición de las proteínas – los aminoácidos, los cuales se forman en la fase de autólisis; asimismo la descomposición de las sustancias componentes de los músculos, las sustancias nitrogenadas no proteicas como el óxido de trimetilamina (CH3)3=N=O, la histidina C6H9O2N3, la urea NH2CONH2 y otros. La velocidad de la descomposición bacteriana del pescado depende de la naturaleza y contenido de las sustancias nitrogenadas no proteicas que se encuentran en la carne. La carne de especies marinas que contienen cantidades mayores de sustancias nitrogenadas no proteicas, se descomponen más rápidamente que la carne de especies de agua dulce. Especialmente notoria es la rapidez de la descomposición en especies como la caballa, sardina, atún; en las cuales se encuentra una mayor cantidad de histidina.
La orientación y carácter de los procesos de descomposición bacteriana de los aminoácidos dependen de la composición de la microflora y de las condiciones que estimulan el desarrollo de los procesos de oxidación aeróbica y de los procesos de reducción anaeróbica.
La descomposición de los aminoácidos por acción de los microorganismos se produce según el siguiente esquema.
En presencia de agua (desaminización hidrolítica), ó de hidrógeno (desaminización por reducción), cuando se separa el aminogrupo NH2, se forman en consecuencia ácidos simples, oxácidos y amoníaco. De los oxácidos se separa el ácido carbónico (decarboxilización) formándose alcoholes, los cuales a su vez por oxidación se transforman en aldehídos, cetonas y ácidos inferiores.
En presencia de oxígeno (desaminización por oxidación) cuando se separa el aminogrupo se forman amoníaco y cetoácidos, los cuales a su vez se transforman en aldehídos, ácidos inferiores y anhídrido carbónico. Seguidamente se separa el ácido carbónico formando monoaminas (RNH2, por ejemplo metilamina CH3NH2), diaminas [R2NH, por ejemplo dimetilamina (CH3)2NH], las cuales parcialmente se descomponen en sustancias más simples eliminando amoníaco.
En la descomposición de los aminoácidos que contienen azufre (cistina, cisteina, metionina), se forman sulfuro de hidrógeno H2S y mercaptanos (tioles), derivados orgánicos del sulfuro de hidrógeno que contienen un radical hidrocarburo enlazado con el grupo sulfhídrico SH. La fórmula general es RSH, en donde R-radical orgánico.
Los mercaptanos, especialmente los miembros inferiores de la serie homológica, poseen un olor específico, el cual puede ser captado en el aire en concentraciones de hasta 2x10-9 mg/l.
Los productos finales de la descomposición bacteriana de las proteínas son: sustancias inorgánicas (hidrógeno, ácido carbónico, amoníaco), compuestos sulfurosos (sulfuro de hidrógeno, metilmercaptano, etilmercaptano), ácidos grasos inferiores (ácido acético, propiónico, butírico, valeriánico, láctico y succínico). Acidos aromáticos (benzoico y fenilpropionico) y sus sales amoniacales, bases orgánicas entre las cuales se encuentran las monoaminas inferiores [metilamina, dimetilamina y trimetilamina (CH3N)]; monoaminas cíclicas [histidina, feniletilamina C6H5C2H5NH]; diaminas [putrescina NH2(CH2)4NH2, cadaverín NH2(CH2)5NH2], los cuales poseen propiedades tóxicas y son conocidos por el nombre genérico de alcaloides de la putrefacción o ptomainas. Igualmente se forman alcoholes aromáticos de olor fuerte como [fenol C6H5OH, cresol C7H7OH]; compuestos heterocíclicos como [indol C8H7N, escatol C9H9N].
En la descomposición por acción de los microorganismos de los nucleoproteidos, los ácidos nucleicos que entran en su composición forman el hipoxantín (C5H4N4O) y el xantín (C5H4N4O2) que se transforman en las condiciones correspondientes en amoníaco y ácido carbónico.
Una de las modificaciones mas importantes de las sustancias nitrogenadas no proteicas por acción de los microorganismos consiste en la reducción del óxido de trimetilamina hasta trimetilamina, la decarboxilización de la histidina para formar histamina (β-imidasolil-4/5/-etilamina C5H9N3, (ésta  sustancia es venenosa). Finalmente hay que anotar la descomposición de la urea eliminando amoníaco libre.
Los microorganismos no solamente descomponen a las proteínas, sino también a otros compuestos como las grasas. En este caso se produce la hidrólisis de los triglicéridos, igualmente se produce la oxidación de las grasas con formación de peróxidos, aldehídos, cetonas y ácidos inferiores. Estos procesos se presentan con menor intensidad en comparación con los procesos de descomposición de las sustancias nitrogenadas.
En la descomposición bacteriana, como resultado de la degeneración de las proteínas, aumenta en forma significativa la cantidad de nitrógeno no proteico en la carne de pescado. Se produce además un notorio desplazamiento de la reacción de la carne hacia el lado alcalino (pH 7,1-7,2) como consecuencia de la acumulación de bases nitrogenadas.
De los productos de la descomposición de las proteínas y de las sustancias nitrogenadas no proteicas, las mas importantes para calificar el grado de descomposición del pescado son el amoníaco y las monoaminas simples (metilamina, dimetilamina, trimetilamina) unidas bajo el nombre de bases volátiles, las bases volátiles sulfurosas (sulfuro de hidrógeno y mercaptanos) y los compuestos cíclicos (alcoholes, aminas y otros).
La formación y acumulación de bases volátiles, compuestos sulfurosos, alcoholes aromáticos volátiles (fenol, cresol) y compuestos heterocíclicos (indol, escatol) determinan la presencia y aumento del mal olor en el pescado. Por otro lado, el fenol, cresol, indol, escatol, así como las monoaminas cíclicas como la histamina, feniletilamina, diaminas, putrescina, cadaverina, bases oxiamoniacales como la neirina, son sustancias tóxicas que producen intoxicación en el  organismo humano.


EVALUACION DE LA CALIDAD DE LA MATERIA PRIMA

EVALUACION DE LA CALIDAD DE LA MATERIA PRIMA

La calidad del producto terminado depende fundamentalmente de la calidad de la materia prima. Por eso es indispensable no solamente controlar la materia prima recibida, sino también controlar el cumplimiento de la normas de almacenamiento y del horario de ingreso de la materia prima al proceso productivo.
Una ayuda importante para evaluar correctamente la calidad de la materia prima es la información que se recibe sobre el día y hora de pesca, las características del aparejo de pesca, la temperatura del medio ambiente, del tiempo y condiciones del transporte de la materia prima hasta la planta de procesamiento.
La calidad de la materia prima se determina por el método organoléptico o por los métodos físico-químicos. Los indicadores del método organoléptico son:

Determinación del aspecto exterior del pescado. Los indicadores del aspecto exterior del pescado son: la cantidad y estado de la mucosa, estado de las escamas, estado de la piel, color de las agallas, cantidad y estado de la mucosa en las agallas, color de los ojos y su estado en relación con el nivel de las órbitas oculares, deformación del cuerpo del pescado (cantidad y carácter de la deformación), cantidad, carácter y medidas de los daños mecánicos de los tejidos.

Determinación del estado de la superficie. El pescado absolutamente fresco, que tiene no más de 2 horas de extraído del agua, posee una superficie cubierta por una capa delgada y transparente de mucosa, secretada por las glándulas celulares de la dermis. Como se sabe después de la muerte del pez (asfixia), la secreción de mucosa continúa.
No siempre la cantidad y lo pegajoso de la mucosa sirven como indicadores de su deterioro, por eso sobre la calidad del pescado se puede juzgar, no por la presencia o ausencia de mucosa sino por su buen estado. Durante el almacenamiento del pescado la consistencia y el color de la mucosa se modifican, se vuelve opaca y menos pegajosa. En la mucosa se presentan pequeñas bolitas, que se forman como consecuencia del deterioro de la piel (epidermis, dermis) por acción de los microorganismos y como resultado de los procesos fermentativos.
Dependiendo de la calidad del pescado, la mucosa puede ser transparente (en el pescado fresco) o turbia y sucia (pescado malogrado). El estado de la mucosa influye en la coloración de la superficie del pescado (paulatinamente pierde color, después se vuelve turbia). La coloración del cuerpo del pescado se expresa en los términos: brillante, opaco, sin brillo.
Cambia también el olor de la mucosa (pasa de acídulo a putrefacto). El olor se determina después de frotar la mucosa entre los dedos. El olor puede ser a pescado (característico para cada especie de pescado), acídulo, rancio y putrefacto. Por el color y el olor de la mucosa no se puede desechar el pescado como materia prima, por cuanto luego de un lavado cuidadoso del pescado en agua potable, se limpia la superficie de mucosa, el olor desaparece y por lo tanto el pescado puede ser apto para su procesamiento o consumo.

Determinación del estado de las agallas. La abundancia de sangre y mucosa en las agallas crean condiciones favorables para la actividad vital de los microorganismos, por eso en las agallas antes que en otra parte del cuerpo de los peces se presentan los signos de deterioro. El proceso de descomposición de los tejidos de las agallas y de la mucosa que en ellas se encuentra se produce rápidamente. Como consecuencia se modifica el color de los pétalos de las agallas (desde un color rojo intenso hasta un color rosado claro o marrón oscuro) y el olor de las mismas. En lugar del olor característico del pescado fresco, se presenta un olor acídulo, rancio o putrefacto. Para determinar correctamente toda la gama de olores de las agallas y por consiguiente la calidad del pescado, se cortan las agallas con unas tijeras, se introducen en agua hirviendo y se determina el olor de los vapores que se forman.

Determinación de la integridad de los órganos y el cuerpo del pescado. Por integridad del pescado se entiende la ausencia de daños mecánicos exteriores de la piel, los músculos o cualquier otra parte u órgano del cuerpo del pescado (tapas de las agallas, aletas y otros). La integridad del cuerpo del pescado puede ser alterada en el momento de la extracción, en el momento de la descarga del aparejo de pesca o en el traslado y transporte.

Determinación del estado de la cubierta de escamas. El estado de la cubierta de escamas se determina por su cantidad, densidad, y por la fuerza con se sostiene en la piel. Las escamas pueden estar intactas o levantadas en algunos lugares (no más del 10 % del total de la cubierta de escamas).

Determinación del estado de la piel. Los daños de la cubierta de piel pueden ser moretones (heridas, ocasionadas por los aparejos de pesca); rotura de las escamas (heridas por enredarse en el arte de pesca); rotura de la piel y de los tejidos; hemorragias.
En las especies de tamaño pequeño no se exige la determinación del carácter y la cantidad de daños de la cubierta de piel de cada pescado, sino que se determina la cantidad de pescados en la muestra de control (en %) que tienen daños en el cuerpo. Para esto es necesario tomar la muestra de una cantidad de 100 ejemplares (de 33 a 34 unidades de la parte superior, media a inferior) y contar los peces que tienen uno u otro daño en el cuerpo; el resultado se expresa en unidades porcentuales.
Como se ha indicado anteriormente se considera también un daño las hemorragias (manchas rojas o rosadas en las tapas de las agallas, en los costados y en la parte ventral del pescado). Las hemorragias se pueden producir como consecuencia de contusiones, magulladuras o rotura de los vasos sanguíneos.

Determinación del estado de los ojos. El estado de los ojos está caracterizado por el grado de transparencia de la córnea y la posición del globo ocular en relación al nivel de su órbita. Hay una correlación directa entre el estado de los ojos y la frescura del pescado. Dependiendo del grado de frescura del pescado la córnea puede ser clara, opaca o turbia, y el globo ocular puede ser convexo, caído (por sobre el nivel de la órbita) o completamente caído (por debajo del nivel de la órbita). En el pescado recién extraído los ojos tienen forma de cúpula y son transparentes. Al empeorar la calidad del pescado la transparencia de la córnea disminuye y el globo ocular desciende en relación al nivel de la órbita. En el pescado guardado los ojos son turbios y caídos (por encima del nivel de la órbita). En el pescado descompuesto los ojos son completamente turbios y caídos (por debajo del nivel de la órbita).

Determinación del estado del vientre y de la abertura anal. Como resultado de la descomposición del contenido de los intestinos se forman gases, los cuales embalonan el estómago y los intestinos. El volumen del abdomen aumenta y puede producir la rotura de la pared ventral. El estado del abdomen está determinado por los términos: normal, hinchado, roto. El pescado con el vientre roto se caracteriza por una pared ventral debilitada y abierta como consecuencia del ablandamiento y rotura del tejido muscular por acción de los fermentos o de los microorganismos.
Este fenómeno se observa frecuentemente en las especies de pequeño tamaño (anchoveta, samasa, pejerrey y otros) especialmente en los ejemplares con el estómago lleno.

Determinación del tipo y cantidad de helmintos. Cualquier órgano o parte del cuerpo del pescado (escamas, piel, aparato digestivo, hígado, gónadas, tejido muscular, encéfalo, corazón y otros) pueden estar afectados por uno u otro parásito (helminto). El tipo de helminto se determina con el objeto de señalar el grado de peligro para la salud humana del mismo parásito, de su larva o de los productos de su actividad vital.
Al resolver el problema de la posible utilización como alimento del pescado infectado con parásitos es indispensable mostrar una extrema rigurosidad e intransigencia. Si los parásitos no son peligrosos para la salud humana, pero malogran la presentación del producto, es indispensable eliminarlos por medio del eviscerado o separación de las partes infestadas por los parásitos. En los casos de duda es necesario realizar exámenes y análisis microbiológicos.

Determinación de la consistencia de la carne. La consistencia de la carne se determina presionando con el dedo de la mano en la parte central, la más carnosa del cuerpo. También se determina presionando el pescado por los costados entre los dedos pulgar e índice. Sobre la consistencia se puede juzgar por la sensación que se produce en los dedos de la mano, y por el tiempo que demora en desaparecer el hoyo formado por los dedos al presionar el músculo del pescado. La consistencia se determina por los términos: compacta, debilitada y débil.

Determinación del color de la carne. Por coloración de la carne se entiende la tonalidad de la carne al ser cortada en forma perpendicular a la orientación de las fibras musculares (corte transversal). Generalmente el corte se hace después de las aletas pectorales perpendicular a la columna vertebral, cortando los músculos de la espina (musculatura somática). El color de la carne puede ser: normal (brillante, característico de la especie); opaco (con enrojecimiento a la altura de la columna); oscuro.
La opacidad y el enrojecimiento de la carne de pescado acompañado de un olor desagradable caracterizan al pescado en estado de descomposición.

Determinación del olor de la carne y de los órganos internos. Antes de proceder al análisis del pescado conviene lavarlo en forma cuidadosa, limpiando la mucosa y los cuerpos extraños, luego esperar que escurra el agua. El olor de la carne de especies pequeñas se determina inmediatamente después de apretarlos fuertemente entre los dedos de la mano. Para determinar el olor de especies de tamaño mediano se hace previamente un corte transversal del cuerpo. 
El olor de la carne de especies de tamaño grande se determina con ayuda de un cuchillo o de una varilla metálica delgada. El cuchillo o la varilla se introduce por la parte de la abertura anal en dirección a la columna vertebral, cerca de la cual pasan una gran cantidad de vasos sanguíneos. Al retirar el cuchillo es necesario determinar el olor en forma rápida.

Determinación conjunta del olor y el sabor de la carne. El pescado debe ser eviscerado (prueba en cocción) como se procede comúnmente en la preparación culinaria, los trozos de pescado se colocan en el agua hervida, se cuecen durante 10 minutos en una olla con la tapa cerrada. En el proceso de cocción se determina el olor del pescado. La prueba de pescado cocido puede dar evidencias valiosas sobre el grado de frescura del pescado.



domingo, 29 de octubre de 2017

TODO SOBRE EL OMEGA - 3

TODO SOBRE EL OMEGA – 3

Después de que los científicos demostraron que, el Omega – 3, obtenido de las especies grasas (anchoveta, caballa, jurel, etc.), frena el desarrollo de las células cancerígenas de las glándulas mamarias en experimentos in vitro, en el mundo científico nuevamente se avivó el interés sobre la utilización de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) tanto en la dietética  cuanto en la medicina. Aunque, por supuesto, sobre lo beneficioso para la salud de los productos que contienen AGPI, se conocían hace bastante tiempo. ¿Quiénes son estos AGPI?
Las grasas típicas en el organismo se forman mediante la unión de tres moléculas de ácidos grasos (AG) en base de glicerina. La molécula de AG consta de una cadena de carbohidratos, de un grupo carboxilo (ácido) y de un grupo metílico. Hay moléculas de cadena larga y moléculas de cadena corta. La cadena más corta (4 átomos de carbono) – ácido butírico, está contenido en la mantequilla. Las más largas (24 átomos de carbono) se han encontrado en el aceite de pescado, igualmente en la masa encefálica, y en los globos oculares.
Algunas personas consideran, que las grasas son peligrosas para la salud, y por lo tanto en forma abrupta limitan su utilización, no comprendiendo, que tal dieta conduce al trastorno de la síntesis de las hormonas, entre ellas las responsables de la composición de la masa muscular. Además, tal dieta conduce también a un déficit de vitaminas liposolubles A, E, D, K (exactamente, como cuando se toman sorbentes sintéticos o bloqueadores de grasa del tipo de las quitosanas). Una limitación muy drástica del uso de grasas, reemplazándolas con componentes con alto contenido de carbohidratos, en los programas dietéticos para bajar de peso, pueden conducir a un resultado contrario, el aumento de la acumulación de grasa en los adipositos (células grasas). Esto está ligado a la aceleración de la absorción de glucosa, y como respuesta a esto, una producción excesiva de insulina.
Por otra parte, las últimas investigaciones muestran la inconsistencia de la idea de “guerra total” con el colesterol. Naturalmente, según determinados indicadores médicos, una dieta sin colesterol es razonable. Pero no como norma de vida para todos, más aun, en el periodo de crecimiento del organismo. En el transcurso de muchos años los americanos se dedicaron a una dieta sin colesterol. Fue creada una industria enorme para la producción de los correspondientes productos. Como resultado en la dietética se presentó el fenómeno que los científicos denominan la “paradoja americana” – creció la cantidad de gente con exceso de peso y que hoy en día, es más del 30 % de la población de los EE.UU.    
Naturalmente, una limitación drástica del consumo de grasas, para los efectos prácticos, alteran completamente el ingreso al organismo de este tipo especial de ácidos grasos, los cuales nuestro organismo no puede sintetizar y que son indispensables para la vida. La carne de vacuno también se convierte en objeto de persecución y surge la idea incorrecta, que la carne se puede reemplazar completamente, por ejemplo, con la soya. Por supuesto, que la limitación del uso de carne conduce a una disminución drástica del ingreso de sustancias muy importantes. Por ejemplo, una muy importante para el organismo, una variedad de AGPI, ácido linolénico, está contenido en la carne roja, en la carne de ternera y en los productos lácteos. Otra sustancia importante contenida en la carne es la L – carnitina (su contenido es especialmente alto en la carne de animales salvajes). Esta sustancia es indispensable para el transporte de los ácidos grasos en las mitocondrias, para su “combustión” y obtención de energía. Queremos también recordar, que en la carne están contenidas las vitaminas del grupo B, incluida la vitamina B12 y el ácido fólico (donadores de los grupos metílicos), los cuales abastecen el metabolismo normal de los aminoácidos, ante todo, de la metionina, la cual a su turno no permite la acumulación de homocisteina, sustancia responsable de un envejecimiento prematuro de las células, el deterioro de las membranas y del desarrollo de modificaciones arterioscleróticas en las paredes de los vasos sanguíneos.
Entre los ácidos grasos, indispensables para el organismo de todos los seres vivos, para la obtención de energía y de materiales plásticos, un grupo especial lo constituyen los ácidos grasos que tienen un doble enlace químico entre los átomos de carbono, este tipo de enlace se denomina insaturado (no saturado por átomos de hidrógeno).
Estos son los AGPI, los cuales por su singularidad y valía para la vida se denominan también indispensables o ácidos grasos esenciales. Antes este grupo de sustancias también eran denominadas Vitamina F. Desde el punto de vista moderno esto es errado. En condiciones determinadas tales enlaces dobles se rompen fácilmente con eliminación de energía adicional. Pero además, los AGPI cumplen en el organismo muchas funciones importantes. Ellos entran en la composición de la membrana de las células, toman parte en la síntesis de los reguladores micro moleculares en el organismo – las prostaglandinas, tromboxanos y leicotrienos, estos regulan importantes funciones del organismo. Entre ellas: el mantenimiento de la presión arterial, la termorregulación, el curso de los procesos infecciosos y de la coagulación de la sangre. Los AGPI igualmente mejoran la estructura de la piel y de los cabellos, actúan en la transmisión de los impulsos nerviosos, son indispensables para la formación del cerebro y de la retina de los ojos. Según avanzan los estudios de los APDI, los científicos cada vez en mayor grado se convencen de la singularidad de estas sustancias para la vida del ser humano.
Si en la cadena larga de la molécula de grasa (18 y más átomos de carbono) se tiene solamente un doble enlace, entonces tal ácido graso se denomina monoinsaturado (AGMI) y pertenece a la clase omega – 9. El ácido más importante en esta clase de grasas es el oleico, que puede ser obtenido de palta, aceitunas, nueces, y especialmente de las almendras. Los AGMI son estables durante el calentamiento. Esto explica lo valioso del aceite de oliva (especialmente el aceite obtenido por el método de “presión en frío” o aceite de primera saca, que no ha sido sometido a proceso tecnológico, el denominado aceite “virgen”). Es necesario recordar sobre otra de las ventajas del aceite de oliva. Este es indispensable para la extracción del carotenoide licopeno, el cual es un poderoso oncoprotector y antioxidante. Precisamente por esto los oncólogos explican la disminución sustantiva de la presencia de cáncer de próstata entre la población masculina del Mar Mediterráneo, quienes regularmente usan en su alimentación tomates fritos en forma de pizzas, ketchup, tomates fritos con huevos, con pescado etc.  Naturalmente el licopeno también tiene una relación directa con los problemas de profiláctica de las enfermedades oncológicas de la esfera sexual femenina y de la cancerología en su conjunto.
Los AGMI, a diferencia de los ácidos grasos saturados, no alteran el equilibrio entre los lipoproteidos de baja densidad (LPBD) y los de alta densidad (LPAD), lo que evita la acumulación del colesterol “malo” y no conduce al desarrollo de la arteriosclerosis.
Existen dos clases básicas de AGPI: omega – 3 (alfa – ácido linolénico, ácido docosahexaenoico – DHA, eicosapentaenoico – EPA) y omega – 6 (gamma – linolénico, ácido lenolénico). Su denominación (igualmente que el omega – 9) esta determinado por la posición y cantidad de dobles enlaces en la cadena de átomos de carbono.
En un principio el boom entre la elite científica produjeron los compuestos de la clase omega – 6. La causa del entusiasmo de los científicos eran las investigaciones realizadas en el Centro Médico de Massachussets utilizando el gamma – ácido linolénico (GAL) en calidad de medio anti infeccioso y aliviador del dolor en los procesos artríticos. La efectividad de la curación combinada, utilizando el GAL y preparados farmacéuticos, en el grupo experimental era seis veces más efectivo que en el grupo de control, en donde se utilizaron preparados análogos, pero en lugar de GAL se recetó placebo.
El GAL está contenido en muchos productos, pero por ironías de la vida, la mayoría de ellos son inalcanzables para el hombre moderno (aceite de nueces griegas, semillas de zapallo, aceite de pescado entre otros). La fuente más rica y deficitaria de este ácido graso es la leche materna, la cual no puede ser reemplazada por las mezclas de leche infantil existentes en este momento.
En los últimos años se ha producido una agitación científica alrededor de otra clase de ácido graso, el omega – 3. Al principio las investigaciones fueron realizadas en muchos centros médicos europeos, posteriormente se unieron a estos los científicos norteamericanos del Instituto Nacional Oncológico (National Cancer Institute). Los científicos de diferentes países llegaron a una misma conclusión, que los ácidos grasos de la clase omega – 3, pueden detener el crecimiento de los tumores cancerosos y son oncoprotectores especialmente en relación al cáncer de matriz, próstata y pulmones.
Antes quedó establecido, que un uso excesivo de grasas saturadas aumenta el riesgo de aumento de cáncer de mama. Más aun europeos y americanos utilizan aceites vegetales, que contienen principalmente AGPI de la clase omega – 6. Por otro lado la dieta de las mujeres asiáticas es rica en AGPI de la clase omega – 3, por lo tanto el cáncer de los órganos de reproducción es muy raro en las japonesas y filipinas, comparadas con las mujeres de los países occidentales.
Está claro, que precisamente una correcta correlación de los diferentes AGPI, juegan un rol clave en la conservación de la salud del ser humano.
La reserva natural de EPA sin discusión son los peces ricos en grasas: anchoveta, caballa, jurel, sardina entre otros. En menor grado, moluscos, bivalvos y cefalópodos. Pero como se ha indicado anteriormente, igualmente una cantidad menor de omega – 3 están contenidas en los aceites vegetales, nueces, soya y en las hojas verdes. Las últimas a propósito son una fuente de otra singular clase de sustancias, los indoles alimenticios.
La mayor parte de vegetales verdes, especialmente de la familia de los brassicales (coliflor, brócoli, rábano entre otros) contienen unos compuestos naturales únicos como el indol – 3 – carbinol, el cual refuerza las posibilidades desintoxicadoras del hígado y previenen el desarrollo de las enfermedades cancerosas, principalmente de los órganos reproductores y del intestino del hombre y la mujer. Nosotros tenemos no solamente un déficit de minerales, vitaminas, AGPI, sino que también nuestra dieta está completamente ajena de fuentes de indoles alimenticios. A propósito, las mujeres asiáticas en este caso tienen una gran ventaja, consumiendo no solamente muchas hojas verdes (hasta 900 gr al día, según los datos actuales, es la norma) sino que también consumen muchos bioflavonoides, contenidos en los granos de soya. El sistema fermentativo de los pueblos asiáticos de manera natural estan afinados para la absorción de productos obtenidos a partir de soya. Pero para la mayoría de habitantes de los países occidentales la asimilación de las proteínas de la soya es muy problemática, por eso es exagerada la propaganda de reemplazar la carne de vacuno con los productos de soya en muchos casos no se justifica. Todas las ventajas anotadas anteriormente de la alimentación asiática los dietistas la denominan la “ventaja oriental”.
Los científicos del centro oncológico del Instituto Californiano (Johnson Cancer Center of the University of California) realizaron investigaciones especiales sobre el significado de la “dieta asiática” con mujeres americanas con un diagnóstico establecido de cáncer de glándulas mamarias, las cuales se sometieron a una curación combinada. En muchos casos se consiguió evitar la recaída del cáncer. Las investigaciones continúan. Pero es evidente, que las mujeres occidentales, que tienen un alto riesgo de enfermar de cáncer de los órganos reproductores, les es indispensable utilizar la dieta indicada. Según los últimos datos, la relación óptima (balance) de omega – 3 y omega – 6 es de 1:4 (esta correlación en la dieta del americano actual es de 1:27).
Existe otro secreto, ligado a los ácidos grasos de la clase omega. Por eso nuevamente nos vemos obligados a recurrir a la bioquímica. El balance de AGPI juega un rol clave en el metabolismo completo de los reguladores micro moleculares hormonas similares, es decir las prostaglandinas PGD, las cuales se forman por la actividad de diferentes tejidos. Se consiguió descifrar la estructura bioquímica de algunas decenas de PGD, y algunos análogos han podido ser sintetizados, y se están utilizando en procesos curativos. La cantidad de dobles enlaces en los AGPI determina la clasificación de las prostaglandinas. Se diferencian unos cuantos grupos de PGD.
Las PGD de los grupos 1 y 2 se forman del omega – 6, las cuales pasan diferentes transformaciones, y en el caso de acumulación de ácido araquidónico se forman PGD del grupo 2. Una acumulación suficiente de omega – 3 (especialmente de EPA) favorece la síntesis de PGD del grupo 3. Hoy en día se ha descubierto su mecanismo de acción sobre los diferentes sistemas. Así las PGD de los grupos 1 y 3, no permiten el agregado (pegado) de los trombocitos, mejora la microcirculación, disminuye los edemas de los tejidos y de la reacción infecciosa, lo que favorece la eliminación del dolor.
 Las PGD del grupo 2 por el contrario refuerzan la coagulación de la sangre y la reacción infecciosa. Es evidente, que una manipulación con conocimiento del metabolismo de las PGD pueden ser muy efectivas en la curación de enfermedades infecciosas, alergias, patologías cardiovasculares y síndrome de dolor.
La saturación de organismo con AGPI de la clase omega – 3, precisamente resuelve estos problemas difíciles. Es especialmente importante desde el punto de vista bioquímico, que los EPA y sus derivados (eicosanoides) no permiten la acumulación de ácido araquidónico, y por consiguiente, la síntesis de PGD del grupo 2. Se estableció, que en las enfermedades de la piel (eczema, dermatitis atónica, soriasis) el contenido de ácido araquidónico crece en unas cuantas veces, y sus productos intermedios del metabolismo, los leicotrienos, sostienen el proceso infeccioso.
Por su significado para el organismo el ácido decosahexaenoico (DHA) no es menos importante, que las sustancias anteriormente descritas. En gran cantidad el DHA está contenido en la sustancia gris del cerebro y en la retina de los ojos, en donde se llevan a cabo procesos complejos de neuro transmisión. El déficit de DHA en los niños frena del desarrollo de su mentalidad, y en los adultos conduce al cambio de humor, a dificultades visuales, a la disminución de la memoria y al desarrollo de demencia.
El ser humano no puede sintetizar DHA y por eso se ve obligado a obtenerlo de fuentes externas. Una exagerada preparación culinaria descompone al DHA. Una limitación artificial de las grasas, al observar diferentes tipos de dieta, más aun el hambre, disminuye en forma notoria la concentración de DHA en la sangre. La fuente de DHA son principalmente la carne, huevos y las especies grasas de pescado. El embrión lo recibe a través de la placenta de la madre, luego del nacimiento, de la leche materna.
Una fuente única de omega – 3 que incluye por supuesto al DHA, es la leche de cabra, en la cual el contenido de omega – 3 comparado con las otras grasas, es de 1/3, lo que es 10 veces mayor que en la leche de vaca, la cual también ceden por su contenido de grasa a la leche de yegua. Por esto se explica lo que todos sabemos la acción favorable de la leche de cabra.
Finalmente, lo que nos hará pensar seriamente en este tema, es el problema de los trans isómeros de los ácidos grasos.
La industria global y el procesamiento de las grasas animales, de las grasas vegetales y de los productos alimenticios contenidos en ellos, incluidos los cereales, nos ha conducido no solamente a una disminución catastrófica de los AGPI, sino también a su transformación química. Y nuevamente no podemos explicarlo sin la bioquímica. La tecnología moderna modifica la composición química de los ácidos grasos en los aceites, de tal manera que el organismo humano no puede asimilarlos. En la carrera por las ganancias desmesuradas los monopolios de la industria alimenticia entregan una información falsa sobre supuestas propiedades maravillosas de los aceites refinados, también denominados “light”.
Sin embargo, esta demostrado fehacientemente, que el proceso tecnológico, que incluye el calentamiento, hidrogenado, blanqueamiento, desodorización; modifica el tipo de configuración espacial de los ácidos grasos (la útil “CIS – configuración”, en la que los átomos de hidrógeno se colocan bajo los átomos de carbono y se colocan a un lado de la estructura molecular). Se produce la rotación de los átomos de hidrógeno, la molécula se derrite y se transforma en la peligrosa “TRANS – configuración”.
Los trans – isómeros de los ácidos grasos TIAG se acomodan en las membranas biológicas de las células, pero no pueden cumplir las funciones fisiológicas indispensables. A la vez que entran en el organismo, estos se quedan durante largo tiempo en las células y conducen finalmente a la lesión de las membranas. Según últimos datos los TIAG en alto grado favorecen el desarrollo de la arteriosclerosis, más que las grasas saturadas y el colesterol, asimismo favorecen la oncogenesis. Asimismo se altera el metabolismo de las prostaglandinas, disminuye el nivel de la hormona masculina la testosterona, se altera el trabajo los sistemas de fermentos, incluido la de citocromoxidasas.

Por eso es necesario conocer lo peligrosos que son los aceites culinarios, margarinas, chips, hamburguesas etc.